Al ser parte del entramado del terror comercial que nos llega año tras año, la reciente Baghead (2024) tiene todos los ingredientes del horror sobrenatural de uso rápido que tantas veces vemos y que ya incluso hemos señalado muchas veces aquí. Su más reconocible rasgo es el hecho de que está protagonizada por una naciente estrella del mundo televisivo, en este caso Freya Allan, la Ciri de la serie The Witcher con un personaje cuyas motivaciones nunca están del todo claras. Con todo y eso tiene muchos detalles positivos y parte de ideas si se quiere interesantes aunque se desarrollen más bien poco.
En la película, una joven en serios problemas económicos recibe en herencia un antiguo bar en Alemania que perteneció a su padre, muerto recientemente en circunstancias trágicas. Al ir a inspeccionarlo descubre que ese bar guarda un terrible secreto en su sótano y que su padre siempre intentó ocultar, una criatura prisionera con el poder de adoptar la voz de los muertos a todo aquel que se lo ordene.
Basada en un cortometraje del mismo director, y como suele ocurrir con este tipo de proyectos, la cinta toma la idea principal de su material base y la expande explicando y dando un trasfondo anecdótico a cosas que el original dejaba como un misterio, lo que reduce severamente el impacto de su argumento. La historia trata de compensar esto mediante sustos más tradicionales y haciendo énfasis en el carácter inhumano de la criatura, cuyo origen último por suerte se mantiene como una incógnita, pero por desgracia todo está muy desaprovechado. Parte del motivo tiene que ver, como decíamos arriba, que la cinta nunca deja claro exactamente cuáles son las motivaciones de su personaje principal para adentrarse cada vez más en aquel misterio, aludiendo tanto a las dificultades financieras como al anhelo por su madre muerta de una forma un tanto caprichosa e inconstante.
Pese a que la idea es la misma, siento que el corto original era mucho más sencillo así que al estirarlo al formato de largometraje termina siendo una película de terror con toques de fantasía algo mediocre en su ejecución, con unas reglas confusas, un giro final rebuscado y un desenlace abrupto. Un par de sustos repentinos eficientes y una premisa con potencial, pero lo cierto es que me dejó algo frío.
Horas de oscuridad 