Me parece increíble que la saga de V/H/S lleve ya seis pelìculas en once años, algunas de ellas estrenadas casi por sorpresa, al menos para mí. Honestamente, a veces me pierdo en cuanto al orden de muchas de ellas puesto que dejaron de tener números de secuela después de la segunda para dedicarse en cambio a abordar unidades temáticas utilizando como gancho el año en que tienen lugar: 1994, 1999 y esta de la que hablamos hoy, V/H/S 85 (2023), la más reciente entrega y una que utiliza el arquetipo de la nostalgia por los ochenta y el lo-fi, que hoy en día parecen tan extendidas.
A pesar de todo esto debo decir que el tema del año de ambientación terminan siendo intrascendente no solo porque no hay nada en las historias que sea exclusivo de los años ochenta sino también porque el estilo de estas tres últimas películas de la saga es muy parecido. De hecho yo diría que hasta cierto punto son intercambiables y es probable que no sabría decir a qué película pertenece cada historia si las viera por separado. En esta ocasión sin embargo hay innovaciones muy interesantes como el hecho de poseer una estructura diferente en la que algunas historias más cortas se cuentan de un tirón mientras que otras están divididas a lo largo de todo el metraje y se van contando a cachos, intercaladas con fragmentos aleatorios de programas de televisión, anuncios y emisiones varias, imitando así la edición caótica de una cinta de vídeo reutilizada para grabarle algo encima, un detalle estético muy bien hecho que me gustó mucho y que al menos le otorga algo de personalidad.
En cuanto al grupo de directores seleccionados, el mejor y más interesante termina siendo David Bruckner, que es quien tiene la más destacable historia de todas acerca de un grupo de jóvenes que van a nadar un lago y cuyo desenlace tiene una evolución muy poco habitual. Aunque hay que decir que al final la identidad de los directores no es muy relevante porque todas las historias son muy parecidas en cuanto a estilo y en muchas ocasiones la justiticación de la presencia de la cámara sigue siendo un poco porque-me-da-la-gana, que ya sabéis es una manía que tengo con este tipo de historias.
Entretenida sin duda y más ingeniosa que su predecesora inmediata, V/H/S 85 es un paso adelante en la saga que al menos recupera un poco el juego con su formato y al mismo tiempo se toma algo más en serio a sí misma, cosa que no ocurría en la misma medida con las dos entregas anteriores. No sé si habrá más en el futuro (creo que sí, porque el concepto da para mucho) aunque para mí está claro que la frescura de las primeras dos películas de la saga es algo que se ha perdido casi por completo.