Definitivamente los últimos años me tenían malacostumbrado, porque en un mundo plagado de antologías de terror cutres (salvo contadas excepciones), The Mortuary Collection (2019) es una auténtica gozada y una de las representantes más dignas de este subgénero, la prueba de que este se puede hacer bien incluso recurriendo a la superficial carnada de la nostalgia. Esto último lo digo porque un vistazo a la estética y estructura de esta cinta es suficiente para emparentarla con otras antologías de relatos autonconclusivos y anfitrión siniestro al estilo de Cuentos del lado oscuro o, por supuesto, Cuentos de la cripta, que siempre es la referencia más evidente. Sin embargo, este trabajo tiene virtudes propias más allá de sus muy evidentes influencias.
En este caso son tres las historias (cuatro sin contamos lo que se cuenta en el marco narrativo que las engloba), las tres de estilos y referentes muy distintos pero las tres realizadas por el mismo director, el debutante Ryan Spindell. Es precisamente la unidad creativa de tener todos los segmentos realizados por el mismo cineasta lo que da a la película gran parte de su efectividad, dándole además una coherencia interna que mezcla terrores lovecraftianos, comedia de body-horror y hasta una curiosa vuelta de tuerca al género slasher, siempre desde la estética y el espíritu retro que se ven coronados aquí por ese magn´ífico marco narrativo presidido por Clancy Brown en el papel de maestro de ceremonias.
Y lo mejor de todo quizá sea el hecho de que su estética y estilo festivos no impiden un tratamiento de lo más oscuro en algunos de los argumentos, sobre todo en el marco de la historia, una especiamente siniestra considerando el subtexto y una cuya resolución augura nuevas entregas de algo que podría dar mucho de sí. No sé qué tanto éxito pueda haber tenido ni he leído nada acerca de posibles nuevas entregas, pero es sin duda algo que vería como perfectamente posible.
No la vean esperando encontrar algo novedoso o que en cierta forma reinvente el concepto de las antologías de terror. Si la ven que sea para disfrutar de un trabajo muy efectivo que consigue el nada fácil equilibro de calidad en sus historias, uno que no esperaba me fuerga a gustar tanto y que ante mis ojos se ha convertido en otro de estos ejemplos a recordar de lo que llevamos de siglo, en un nivel similar al que ya vimos en obras como Trick ‘r Treat (2008), V/H/S 2 (2013) o Southbound (2015). Muy buena, sin duda, y recomendable hasta decir basta.