Neil Blomkamp, el otrora prometedor director de District 9 (2009), estrenó el año pasado Demonic (2021), su primera película de terror. No hay que dejar que el genérico título nos engañe porque la película partía (como casi todo lo de este director) de una premisa muy interesante que hubiese dado mucho juego pero que por desgracia se viene abajo de la peor manera. Durante mucho tiempo guardé curiosidad de verla a pesar de que no había leído ninguna opinión positiva, por lo que se puede decir que iba predispuesto a que me gustara y sin embargo ha resultado ser todo lo contrario y una de las mayores oportunidades desperdiciadas de los últimos años.
Su interesante premisa mezclam terror y ciencia-ficción contando la historia de una mujer que, gracias a una tecnología punta cuyo funcionamiento nunca se explica al espectador, es capaz de entrar en la mente de su madre comatosa y descubre que esta está poseída por un demonio que ansía salir del inconsciente cuerpo en el que está atrapado. El argumento no es cien por cien original, y a aquellos menos jóvenes quizás les recuerde a la película de Tarsem Singh The Cell (2000), en la que Jennifer López se metía en la mente de un asesino en serie. Esta parte de una idea similar, pero al mismo tiempo hace cosas nuevas con ella y la idea de que la mente que explora la protagonista sea la de su propia madre le da un ángulo de drama personal que funciona.
La mayor muestra de originalidad está en todo caso en ciertas decisiones estéticas muy interesantes y poco habituales, como por ejemplo la recreación de la mente del paciente como si se tratase de una simulación de un videojuego, con gráficos 3D y todo, algo que en otra película habría resultado ridículo pero que aquí por el contrario contribuye a una atmósfera si se quiere única y que me pareció de lejos lo más memorable del invento por la forma en que estas escenas exploraban tanto la psique de la madre como su relación con la hija, pero también el horrible imaginario demoníaco que poco a poco se va apoderando de ella. Por desgracia hasta aquí llegan las cosas buenas porque la trama muy pronto se descalabra una vez que se abandona la premisa de ciencia-ficción y se introduce por complento un elemento conspiranoico-religioso salido de la nada y que resulta imposible tomarse en serio. Creo que esto lo he mencionado en otras ocasiones pero la idea de «agentes especiales del Vaticano» siempre ne ha parecido ridículo y es algo que me saca de la película por completo.
Este no es el único problema pero es a partir de aquí cuando toda la trama de terror se vuelve tremendamente aburrida, predecible y apresurada, con unos sustos muy obvios y una «confrontación final» que parece salida de una historia completamente distinta a la que habíamos empezado a ver. Quería darle una oportunidad y comencé a verla con la mejor disposición a pesar de las opiniones tan negativas que ha cosechado, pero es realmente muy mala y, lo que quizás sea peor, dinamita todo su potencial desde muy pronto, lo cual es una auténtica pena.