Cerramos el especial de Navidad de este año con Christmas Bloody Christmas (2022), una nueva entrega del arquetipo de Papá Noel asesino que llegó justo antes de estas navidades. El esquema es algo que hemos visto muchas veces ya, casi siempre dejando mucho que desear; de hecho considero que probablemente no habría visto esta película si no hubiese estado dirigida por Joe Begos, el mismo de la excelente Bliss (2019) y la también muy destacable VFW (2019). Esta quizá no esté entre sus mejores obras hasta la fecha, pero tiene algunas cosas que la hacen merecedora de un puesto en las inevitables listas de horrores decembrinos que suelen caer por estas fechas.
En un intento de dar un ángulo novedoso a una historia ya muy manoseada, la película de Begos crea la premisa de un Papá Noel robot, un engendro mecánico creado como reclamo publicitario por una contratista de tecnología militar que cobra vida debido a un error informático y desata una masacre en un pequeño pueblo californiano, cebándose sobre todo con un par de empleados de una tienda de discos que deberán primero huir y luego enfrentarse a la criatura para pasar con vida la Nochebuena. El resultado de esta idea es una mezcla de influencias que bebe no solo de conocidos slashers como Silent Night, Deadly Night (1984) sino también de obras de ciencia-ficción como las muy conocidas Terminator (1984) y Hardware (1990), en las que todo el mundo inevitablemente terminará pensando.
En este sentido, y teniendo en cuenta la premisa principal, la película sí que es un pequeño fracaso porque a pesar de todos los esfuerzos por hacer del Papá Noel una amenaza, la sencillez de medios y presupuesto hizo que nunca me creyera ni por un segundo que se trataba de una máquina y no de un tipo muy grande (interpretado, por cierto, por Abraham Benrubi de la serie de Parker Lewis, alguien a quien ciertamente no esperaba ver aquí). Por eso creo que la idea, si bien atractiva, está un poco desperdiciada. Ese sería mi único problema real ya que en todo lo demás esto es un trabajo muy destacable, con un nivel de violencia y brutalidad desvergonzado pero también con todas las señas de autor de Begos: estética de neón, múltiples referencias a los ochenta, una heroína dura e incombustible, un humor sucio y macarra y unos diálogos entrañables. De hecho, toda la primera media hora de la película se va en largas conv conversaciones de los protagonistas sobre música, sexo y películas de terror que parecen haber salido de un Tarantino particularmente inspirado.
Christmas Bloody Christmas ha tenido una recepción un tanto desigual, quizá por tratarse de un director que suele generar ciertas expectativas. Una atractiva idea y premisa principal que se siente un poco desaprovechada debido a sus escasos medios y su negativa a despegarse de los lugares comunes del slasher decembrino. Con todo y eso debo decir que las constantes de su director me la hicieron muy agradable y en general me gustó mucho aunque quizá no por las razones que podría esperar alguien en busca de un clásico de terror navideño.