Reseña: Books of Blood (2020)

Para nadie es un secreto que la antolog´ía Los libros de sangre de Clive Barker es una pieza fundamental del terror literario de los años ochenta y una obra que impulsó la carrera de su autor como pocas cosas. Aquí en este blog ya hemos hablado de varias películas que se han hecho basadas en algunos de sus relatos, como Candyman (1992), The Midnight Meat Train (2008) y, por supuesto, Book of Blood (2009), clara antecesora de esta de la que hablamos hoy. Varios años después tenemos un nuevo intento de llevar a la pantalla estas historias en la forma de una cinta de antología concebida originalmente como una serie de televisión, como revela la presencia como productores de Seth McFarlane y Brannon Braga, quien además hace de director.

La fidelidad a la obra de Barker es sin embargo algo que hay que tomar con pinzas porque de las tres historias que componen Books of Blood (2020) dos se toman amplias libertades a la hora de adaptar el texto, mientras que la otra es una historia original escrita especialmente para la película. Esta historia propia, que habla acerca de una chica con problemas mentales (además de un caso agudo de misofonía) que escapa de casa y se aloja en una pensión donde algo siniestro está ocurriendo, me pareció de lejos la mejor de las tres y a pesar de que no está basada en la obra de Barker sí que toca muchos de los temas que le obsesionan como autor, incluyendo un toque de horror corporal muy en la onda de varios de sus trabajos.

En realidad debo decir que las otras dos historias también me gustaron mucho y me parecieron adaptaciones muy dignas que ganan gracias a la voluntad de enlazar los tres relatos de forma ingeniosa y hacer que la película salte de uno a otro en lugar de dividirla en segmentos autoconclusivos. Sí creo que se queda un poco a medio camino en cuanto a la crudeza y perversidad de la obra de Barker y probablemente habría funcionado mejor con un formato episódico en una serie de televisión, pero maneja buenas ideas y sabe explotar su temática e imaginario de terror de forma eficaz incluso dentro de las limitaciones de lo televisivo. Esto último es algo que no me sorprende porque es algo que Braga ya ha logrado en otras ocasiones con su trabajo en series como Salem.

Books of Blood no es ninguna obra maestra ni tampoco creo que sea la adaptación definitiva de Clive Barker, pero me ha parecido más que eficaz y si sirve para revivir el interés por este autor más allá de las distintas secuelas y remakes de Hellraiser (1987) yo me doy por satisfecho. Es una lástima que haya sido destinada a plataformas de streaming debido a motivos corporativos (la película fue la víctima de la disolución de Touchstone Television y su fusión con el resto del organigrama de la Fox antes de su venta a Disney) pero el resultado es mucho más de lo que hubiese esperado en primer lugar.

Reseña: V/H/S 99 (2022)

En lo que hay que admitir fue una jugada muy inteligente, la cadena Shudder se hizo con los derechos de la saga de V/H/S hace ya algún tiempo para continuar por su cuenta con una nueva camada de antologías de metraje hallado. Aquí ya revisamos en su momento V/H/S 94 (2021) y ahora, poco más de un año después, nos llega su continuación, V/H/S 99 (2022), la quinta entrega de la saga y una que, como su antecesora, busca explotar no solo el formato de found footage sino la nostalgia por los noventa con cinco historias independientes ambientadas en dicha década.

Una cosa que me ha sorprendido es que en esta ocasión no parece haber una historia-marco que una a todos los relatos sino que estos están presentados como auténticas historias independientes en los que el único elemento común aparte del formato es la estética de VHS granulado que se convirtió en la marca de la casa ya con la entrega anterior, y que mucho me temo es la verdadera seña de identidad de una obra poco destacable incluso en sus momentos más altos.

Este componente nostálgico al que me refería antes está evidenciado no solo en la inclusión del año en particular sino también en la estética de fin de siglo que impregna cada una de las historias (o al menos la mayoría de ellas), pero esto termina siendo un elemento superficial. En realidad, y esto es algo que ya había notado en su antecesora, los relatos que componen esta antología demuestran un camino que la saga está tomando que en lo personal me ha parecido una decepción ya que cada vez intentan menos ser historias de horror y más bien parodias de historias de horror, con unos valores de producción muy pobres y una tendencia hacia el horror festivo en contraposición con la variedad de estilos que tenían las primeras dos entregas de la saga, sobre todo la segunda, que sigue siendo la mejor con diferencia.

Aunque quizá lo peor de todo (y esto es algo de lo que también nos quejábamos en la entrega anterior) sea que la película se niega a abordar el formato que la hizo famosa de otra forma que no sea como mero trámite, ya que la perspectiva de falso documental/metraje hallado no forma realmente de ninguna de las historias salvo quizá en la última, que por cierto es una especie de spin-off/parodia de la excelente Deadstream (2022), hecha por el mismo equipo y ya comentada aquí. Del resto, ninguna de ellas se preocupa siquiera por justificar la presencia de la cámara subjetiva más allá de la premisa inicial, y en algunos casos esta se hace literalmente imposible. Me ha parecido en general muy pobre, repetitiva y honestamente sin gracia alguna. Mejor quedarse con las dos primeras.

Reseña: Body Bags (1993)

Revisitada después de mucho tiempo (aunque guardaba un buen recuerdo de ella), Body Bags (1993) es una simpática película de antología de terror de principios de los noventa muy conocida pero que no suele nombrarse mucho a la hora de hablar de las más sobresalientes de dicha década. Como suele ocurrir en varios de estos trabajos, su fama y difusión vino sobre todo gracias a su presencia en formato doméstico, ya que originalmente fue concebida como el piloto de una serie para la cadena Showtime que nunca llegó a realizarse.

La estructura que tiene es algo ampliamente conocido a estas alturas: tres historias independientes hiladas por un marco narrativo con un presentador que le da el toque de comedia de horror y que por supuesto termina siendo más recordado que los propios cuentos. Esta película no es la excepción; a pesar de ser un trabajo muy sencillo que sufre en comparación con muchas otras cintas similares de la misma época, su mayor encanto está en su condición de reunión de auténticas luminarias del terror, todos bailando al compás de John Carpenter, quien no solo dirije dos de los tres segmentos (dejando el tercero a Tobe Hooper) sino que también interpreta al maestro de ceremonias en una morgue, una suerte de Guardián de la Cripta de saldo que sin embargo está muy bien y le da a la película gran parte de su personalidad, algo interesante porque no recuerdo muchas incursiones suyas como actor.

En cuanto a los cuentos como tal, estos no son nada del otro mundo y siguen más o menos el mismo esquema Twilight Zone/Cuentos de la cripta que para entonces era prácticamente el estándar. Aunque para mí el antecedente que vale la pena nombrar es Two Evil Eyes (1990), un trabajo muy similar hecho por George Romero y Dario Argento y que también se valía de la presencia de varios rostros conocidos del género de terror, algo que aquí está exacerbado. De hecho, si algo se puede destacar de las tres historias es el maravilloso elenco que se gastan: desde apariciones muy breves (Sam Raimi haciendo de un cadáver en un armario) hasta protagonismos inspirados como Mark Hamill en el segmento dirigido por Tobe Hooper, el más violento y perturbador de los tres pero también el más convencional.

Siendo justos, el tiempo no ha tratado tan bien a Body Bags como a muchas de sus contemporáneas pero con todo y eso tiene mucho qué salvar, sobre todo teniendo en cuenta que tanto Hooper como (en menor medida) Carpenter habían ya dejado atrás sus mejores películas como directores. Vale la pena.

Reseña: V/H/S 94 (2021)

Probablemente parezca difícil de creer, pero V/H/S 94 (2021) es una película que esperaba con muchas ganas, ya que este regreso de la saga de antologías de metraje hallado (producida y estrenada esta vez en la plataforma de streaming Shudder) fue precedida por un gran hype que auguraba un retorno al estilo de terror que la hiciera popular en su momento. Por desgracia el resultado ha estado muy por debajo de lo que esperaba, no solo en cuanto a la calidad de sus historias sino incluso en cuanto a su adherencia a la premisa principal, que en esta ocasión parece más bien un agregado superficial cuando antes era lo más importante.

Nuevamente tenemos un marco narrativo en el que un grupo de fuerzas especiales de la policía irrumpe en el escondite de un misterioso culto en el que encuentran un lote de cintas de VHS con siniestras historias de terror supuestamente reales. El hecho de ambientar la película en el año 1994, a decir verdad, no parece tener demasiada importancia y apunta únicamente a cierta estética nostálgica que se aprecia solo en una de las cuatro historias que incluye la antología, en la que un equipo de reporteros de una cadena local se adentra en el alcantarillado en busca de un monstruo de leyenda y termina encontrando más de lo que puede manejar. El resto de las historias son perfectamente atemporales, con lo que la premisa tampoco es que se aproveche mucho.

La verdad es que ninguna de las cuatro historias resulta muy memorable. La cinta tiene un gran acierto al incluir nuevamente al director indonesio Timo Tjahjanto, quien ya había trabajado en V/H/S 2 (2013), la mejor película de la saga, y su historia es lo suficientemente desquiciada y poco convencional para llamar la atención, pero es en el fondo una comedia gore que parece más bien una parodia del género de terror (este aspecto paródico, por cierto, está presente en los cuatro segmentos) y, sobre todo, no justifica su adherencia al formato de metraje hallado. A decir verdad, este fue mi principal problema con la antología en general: ninguna de las cuatro historias aprovecha realmente el punto de vista subjetivo más allá de la aplicación de un filtro a la imagen para darle su apariencia de videocámara noventera; todas ellas contienen planos elaborados, contraplanos y montaje preciso que sigue a los actores y a las escenas sin fallo alguno, con lo que en realidad cualquiera de ellas podría haber sido rodada con una perspectiva tradicional de tercera persona.

No me pareció tan terrible como la tercera entrega de la saga, pero esta nueva entrega de V/H/S ha terminado siendo una ligera decepción debido a lo poco memorable de sus historias y al triste desaprovechamiento de su premisa y formato. No he mencionado la historia que enmarca todo porque honestamente me pareció lo peor y con un nivel de calidad muy por debajo de todo lo demás gracias a sus actuaciones y valores de producción dignos de una parodia porno. Como antología contiene algunos pasajes e ideas interesantes, pero lo cierto es que mentiría si no dijera que esperaba mucho más de este regreso.

Reseña: The Mortuary Collection (2019)

Definitivamente los últimos años me tenían malacostumbrado, porque en un mundo plagado de antologías de terror cutres (salvo contadas excepciones), The Mortuary Collection (2019) es una auténtica gozada y una de las representantes más dignas de este subgénero, la prueba de que este se puede hacer bien incluso recurriendo a la superficial carnada de la nostalgia. Esto último lo digo porque un vistazo a la estética y estructura de esta cinta es suficiente para emparentarla con otras antologías de relatos autonconclusivos y anfitrión siniestro al estilo de Cuentos del lado oscuro o, por supuesto, Cuentos de la cripta, que siempre es la referencia más evidente. Sin embargo, este trabajo tiene virtudes propias más allá de sus muy evidentes influencias.

En este caso son tres las historias (cuatro sin contamos lo que se cuenta en el marco narrativo que las engloba), las tres de estilos y referentes muy distintos pero las tres realizadas por el mismo director, el debutante Ryan Spindell. Es precisamente la unidad creativa de tener todos los segmentos realizados por el mismo cineasta lo que da a la película gran parte de su efectividad, dándole además una coherencia interna que mezcla terrores lovecraftianos, comedia de body-horror y hasta una curiosa vuelta de tuerca al género slasher, siempre desde la estética y el espíritu retro que se ven coronados aquí por ese magn´ífico marco narrativo presidido por Clancy Brown en el papel de maestro de ceremonias.

Y lo mejor de todo quizá sea el hecho de que su estética y estilo festivos no impiden un tratamiento de lo más oscuro en algunos de los argumentos, sobre todo en el marco de la historia, una especiamente siniestra considerando el subtexto y una cuya resolución augura nuevas entregas de algo que podría dar mucho de sí. No sé qué tanto éxito pueda haber tenido ni he leído nada acerca de posibles nuevas entregas, pero es sin duda algo que vería como perfectamente posible.

No la vean esperando encontrar algo novedoso o que en cierta forma reinvente el concepto de las antologías de terror. Si la ven que sea para disfrutar de un trabajo muy efectivo que consigue el nada fácil equilibro de calidad en sus historias, uno que no esperaba me fuerga a gustar tanto y que ante mis ojos se ha convertido en otro de estos ejemplos a recordar de lo que llevamos de siglo, en un nivel similar al que ya vimos en obras como Trick ‘r Treat (2008), V/H/S 2 (2013) o Southbound (2015). Muy buena, sin duda, y recomendable hasta decir basta.

Reseña: A Christmas Horror Story (2015)

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Para abrir nuestro especial de Navidad de este año no se me ocurre nada mejor que una película que, honestamente, debió haber sido mucho más exitosa de lo que fue en su momento. Esto lo digo porque la idea de la que parte A Christmas Horror Story (2015) es una que se veía venir desde hacía mucho tiempo y que misteriosamente no había sido explotada, al menos no desde el cine de terror mainstream. Dicha  idea a la que me refiero es la de una cinta de relatos basada exclusivamente en las fiestas decembrinas, algo que parece una consecuencia lógica ya que varias antologías anteriores como Cuentos de la cripta (1972) ya incluían entre sus segmentos historias ambientadas en la Navidad.

Una cosa que me gusta es que todos los relatos están más o menos parejos en cuanto a calidad, algo por lo general difícil de encontrar en este tipo de cintas. También todos están bastante unificados en cuanto a estilo a pesar de que en ella trabajan tres directores distintos: Grant Harvey, Steven Hoban y Brett Sullivan, nombres que también trabajaron en la trilogía de Ginger Snaps (2000), a la que hay varios guiños conscientes empezando por la mención del pueblo de Bailey Downs. La estructura también resulta de lo más curiosa ya que los cuatro episodios van contándose simultáneamente  entrelazados por un marco narrativo con William Shatner (evidenciando entre otras cosas el enfoque no-tan-serio de la película) y una historia de Papá Noel enfretándose en el polo norte a una epidemia zombi que constituye con toda seguridad el segmento más recordado y al que todo el mundo termina por hacer alguna referencia.

Todos estos detalles curiosos y las ocasionalmente efectivas ideas que muestra no son a pesar de todo suficientes para encumbrar A Christmas Horror  Story al nivel de otras antologías más destacadas. Es decir, por mucho empeño que le hayan puesto sus responsables no estamos hablando aquí de algo tan destacable como Trick ‘r Treat (2008), que resulta la comparación más obvia por la manera como los segmentos se van narrando de forma simultánea. Esta es, sin embargo, una película mucho menos ambiciosa que muchas veces sucumbe ante sus propios excesos y muestra quizás una confianza excesiva en su premisa al abandonarse a sus aspectos más superficiales y eludir algunos aspectos más inteligentes que asomaban en la manera como se cruzan algunas historias y que no están realmente explotadas salvo por la revelación final, que le da a todo el conjunto un tono mucho más oscuro de lo que parecía al principio.

Con todo, A Christmas Horror Story es una muy buena opción para dar inicio al maratón de películas de horror navideñas de este o de cualquier año. No es la mejor película de antología que podemos encontrar, pero la verdad es que no hay tantas que hayan utilizado esta premisa y sólo por eso (y por ver a Papá Noel luchando contra unos elfos zombi) vale la pena rebajar un poco nuestras expectativas. Sus responsables deben haberlo sabido ya que esta película tuvo una presencia muy tímida en cines y sólo vio alzarse su popularidad en formato doméstico. De hecho, y ya como curiosidad final, la película se vendió con una carátula alternativa titulada A Holiday Horror Story en algunos locales de Walmart en Estados Unidos, debido a la política de dicha empresa de no resaltar el carácter cristiano de la Navidad. Ahora que lo pienso, ese es un chiste que podría perfectamente haber sido incluido en la propia película.

 

Reseña: Southbound (2015)

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En el variopinto mundo de las cintas de antologías de terror, se ha dado con cierta regularidad en los últimos tiempos el surgimiento de varias propuestas interesantes que van más allá de los límites que el terror mainstream suele imponer. Dentro de esta tendencia, hace un par de años nos llegó Southbound (2015), una producción independiente realizada (en gran parte) por el mismo equipo de la también rompedora V/H/S (2012), y que resulta a todas luces muy superior al no contar con el gimmick de las cintas de vídeo y atreverse en cambio a romper con varios de los preceptos de este tipo de trabajos en cuanto a argumento y estilo.

De hecho, una de las mayores sorpresas que me he llevado con esta película ha sido el comprobar como existe un considerable equilibrio entre los distintos segmentos en cuanto a calidad y en cuanto a estilo; todos son independientes uno de otro a pesar de estar entrelazados con algunos personajes y compartir una misma temática de carretera, pero ninguno de ellos tiene un argumento convencional. A decir verdad, muchas cosas quedan sin explicar y algunos parecen ocurrir en un ambiente irreal, como si estuviéramos contemplando la puesta en escena de una pesadilla. Aunque, como decía, todos los segmentos me han parecido interesantes, mi favorito sin duda alguna ha sido el de David Bruckner, de quien este año vimos su primer trabajo en solitario y que aquí se lanza un relato violento y desagradable en los pasillos de un hospital abandonado.

Este segmento es precisamente el que menos sentido tiene y aquel que ofrece el argumento menos convencional, pero es también aquel que tiene la mejor atmósfera de horror de toda la película y uno que definitivamente recordaréis una vez finalizado. El resto siguen en la misma onda al ofrecer pocos detalles pero al mismo tiempo se sienten en su gran mayoría como un trabajo muy original que consigue momentos magistrales, con la posible excepción de unas ciertamente muy mejorables criaturas CGI que aparecen en el relato que enmarca todo el invento. Pero este es el único aspecto en el que la película se rinde al efectismo; todo lo demás está construido a partir del aprovechamiento absoluto de ese escenario de carretera de desierto que se siente infinito y tremendamente siniestro, algo a lo que ayuda una muy buena banda sonora con reminiscencias al John Carpenter más inspirado.

Confieso que esta es la segunda vez que veo Southbound, siendo la primera en el momento de su estreno hace tres años. En aquel entonces no me gustó mucho, quizás por haberla visto en un festival en medio de otros trabajos similares. Ahora, tras haberla revisitado, me parece con diferencia una de las mejores cintas de antología de los últimos años y una que, precisamente por sus ambiciones narrativas y su escasa tendencia a darlo todo masticadito, no se siente como simplemente una colección de cortometrajes que es lo que muchos de estos trabajos suelen ser. Muy recomendable.

Reseña: XX (2017)

Lanzada de forma modesta el año pasado pero con cierta repercusión una vez llegó su estreno digital, XX (2017) es otra cinta de antología temática de las que tanto parecen abundar hoy en día y de las cuales ya hemos tocado numerosos ejemplos, casi siempre girando alrededor de un gimmick que sirve de punto de unión para los diferentes segmentos que la componen. En esta ocasión, el gancho está en que los cuatro relatos independientes están todos dirigidos por mujeres. Este detalle es quizás su punto más interesante y aquello que me hizo querer verla, aunque el resultado ha sido una ligera decepción por varios motivos.

El primero de ellos es que en general no ha sido lo que se dice muy memorable salvo por el primer segmento, titulado The Box y basado en un cuento corto de Jack Ketchum. Este relato es el mejor de los cuatro y uno que tiene un tono inmejorable que hubiese funcionado muy bien para toda la antología. Los otros tres son una comedia de terror acerca de una mujer intentando ocultar un cadáver durante la fiesta de cumpleaños de su hija, una historia de campistas que se encuentran con un monstruo invocado por unas misteriosas pinturas rupestres, y un relato sobre el Anticristo contado desde la perspectiva de su madre humana y el vínculo que esta llega a sentir con un hijo al que no puede evitar amar a pesar de ser literalmente la encarnación del Mal.

Este último segmento, por cierto, me pareció muy curioso porque aunque no sea tan memorable en sí mismo, es el único de los cuatro que cuenta con una premisa exclusivamente femenina, a diferencia de los tres restantes que tocan temas más genéricos. Es también una premisa muy buena y genuinamente interesante que podría perfectamente haber sido ampliada en forma de largometraje. El episodio está dirigido por Karyn Kusama, una directora que ya hemos reseñado aquí con películas interesantes como Jennifer’s Body (2009) o la excelente The Invitation (2015) y que es la única cineasta del conjunto que se puede considerar conocida en el horror mainstream, un detalle extraño por sí mismo ya que normalmente estas cintas de antología suenen reunir nombres con cierta trayectoria. Teniendo en cuenta que en los últimos años ha habido varias ejemplos de directoras de terror que han alcanzado renombre, no deja de resultar raro.

A pesar de todas sus carencias, XX tiene momentos muy interesantes, grandes aciertos a nivel estilístico y, en general, un acabado menos comercial que la hace al menos más arriesgada en comparación con muchas de sus contemporáneas a pesar de que el resultado final sea un tanto olvidable. Insisto en que el primer episodio es el único realmente redondo, pero sabe a poco en una película algo mediana que desaprovecha muchas de sus oportunidades.

 

Reseña: Ghost Stories (2017)

Otro de los estrenos importantes de este año (aunque ya se había proyectado en festivales desde el año pasado), la británica Ghost Stories (2017) recupera en gran medida una de las más queridas tradiciones del cine de terror inglés, que no es otra que aquellas cintas de antología popularizadas en su día por productoras como la Amicus. Hay mucho de eso en este primer largometraje de Jeremy Dyson y Andy Nyman, quienes al igual que sus predecesores de décadas pasadas construyen aquí varios relatos unidos por un hilo narrativo de caracter moralista en el que un escéptico investigador especializado en descubrir fraudes paranormales debe encargarse de destapar los únicos tres casos que su maestro no pudo descifrar, en busca de la prueba definitiva de la existencia de lo sobrenatural.

Creo que es la primera vez que veo una de estas cintas antológicas en la que la historia que hila los tres segmentos es tan interesante o más que los propios relatos, ya que desde el primer momento quedamos cautivados con la labor de este investigador y del ambiente tan maravilloso que se crea con los casos que caen a su disposición, tratados todos desde una perspectiva sensacionalista muy acorde con la visión moderna que tenemos de los fenómenos paranormales, y a pesar de su distanciamiento consigue escenas de miedo realmente fuertes, que se van incrementando a medida que el protagonista se adentra en el misterio de cada uno de los casos, por cierto muy diferentes entre sí, desde historias de lugares embrujados pasando por un encuentro con un monstruo en una carretera, y sobre todo con el excelente segmento protagonizado por Martin Freeman (el único actor que he reconocido del elenco) que me pareció de lejos el mejor de los tres.

Hay una cosa sin embargo que he leído en muchas reseñas y que probablemente eche para atrás a algunos espectadores, y tiene que ver con el hecho de que precisamente por la idea de presentar estos tres segmentos como casos no resueltos, ninguno de los relatos de Ghost Stories se cierra en el sentido tradicional de la palabra, sino que por el contrario parece que dejaran la puerta abierta a una interpretación del horror como algo inexplicable y que te niega la catarsis que suelen dar este tipo de historias. Este detalle, que puede no ser del agrado de todo el mundo, me ha parecido una de sus mayores fortalezas y una seña de identidad muy clara que diferencia a esta película de muchos de sus congéneros, sobre todo aquellos que se estrenaron durante los setenta y ochenta.

Llegado ya el final, la película tiene por supuesto una revelación muy acorde con este género clásico de antologías y que proporciona al espectador la única sensación de cierre posible. En definitiva, me ha parecido una película muy especial, y una que ciertamente vale la pena revisar aunque sea por el hecho de resucitar un estilo de cine de terror británico que yo en lo particular tenía tiempo sin encontrarme en salas comerciales. Muy recomendable, sin duda alguna.

Reseña: Holidays (2016)

Demostrando por encima de todas las cosas que no hay que tener miedo a un buen gimmick, Holidays (2016) es una nueva cinta de terror de antología que en estos momentos anda rodando por varios servicios de streaming y que se perfila como una muy buena opción para la sesión de Noche de Brujas de este año. Consta de ocho episodios dirigidos por una camada de cineastas muy distintos entre sí, y no siempre reconocibles en el género de terror. El gancho en esta ocasión es que cada uno de los ocho segmentos está dedicado a una festividad en particular: San Valentín, San Patricio, Pascua, el día de la Madre, el día del Padre, Halloween, Navidades y Año Nuevo. Asimismo, y en clara continuidad con otras antologías recientes como V/H/S (2012) o The ABCs of Death (2012), cada uno de los segmentos está hecho por un director distinto que aporta su visión y estilo único a cada trabajo.

Esta variedad trae la ya inevitable consecuencia que todos conocemos y que no es otra que la desigual calidad de los relatos que componen la película, aunque curiosamente el más flojo de ellos termina siendo dirigido por el cineasta más veterano del conjunto. Lo que sí me sorprendió es que ninguno de los segmentos de Holidays termina siendo una historia cerrada como tal sino que en la mayoría de los casos el enfoque está puesto sobre la atmósfera, la estética o simplemente un concepto que se lleva a cabo y que parece estar por encima de un argumento convencional. Esto hace que la película, contra todo pronóstico, termine siendo un trabajo menos comercial y accesible de lo que originalmente hubiese pensado, y aunque el grado de efectividad de las propuestas varíe de una historia a otra, la singularidad de la que parte cada una de ellas hizo que la cinta cobrara un gran interés ante mis ojos y se convirtiera en algo distinto que en mi opinión ha valido mucho la pena.

De todos los segmentos, el más impresionante para mí ha sido el dedicado al Día del Padre, dirigido por Anthony Scott Burns, encargado de efectos especiales quien curiosamente no ha dirigido hasta la fecha ningún largometraje, y cuyo trabajo tiene la atmósfera más conseguida de todas e incluso el argumento más interesante y que más me ha atrapado, además de contar en el papel protagonista con la bellísima Jocelin Donahue, a quien probablemente recordaréis por su participación en La casa del diablo (2009). El suyo es el mejor de todos los relatos sin duda, y me ha hecho sentir una gran curiosidad por los trabajos que este cineasta nos puede traer en el futuro. Como contraparte, el más prescindible de los segmentos termina siendo dirigido por Kevin Smith, el más rodado de todos estos directores y el único que parece no haber tenido ni idea de qué hacer con el material que se le ha dado, desperdiciando así la premisa en un principio más atractiva (Halloween) por partida doble: no solamente el relato en sí es pobre hasta decir basta sino que encima no tiene absolutamente nada que ver con la Noche de Brujas más allá de estar ambientado en la noche del 31 de octubre.

Por las encontradas opiniones que ha despertado, Holidays no parece ser una película para todo el mundo, y ha terminado por ser menos accesible de lo que prometía, pero teniendo en cuenta que la premisa de una antología de historias basadas en diferentes festividades era algo que estaba destinado a ocurrir, me alegra que haya sido una cinta de horror independiente la que haya dado el paso adelante. Hay aquí algunas historias muy buenas, imágenes retorcidas y fuera de lo común, y sobre todo algunos nombres de los que sin duda estaré buscando más cosas para traer a colación aquí.