Probablemente hayáis notado que en los últimos días he estado colgando reseñas de secuelas cuyas sagas había dejado olvidadas. Ahora, rascando el fondo de la olla, llega el turno a The Eye 3 (2005), también conocida como The Eye 10 o The Eye 3: Infinity, dependiendo de la edición de la que estemos hablando. Contrariamente a lo que me esperaba, este es un trabajo muy diferente de los dos anteriores hasta el punto de que solo un par de referencias puntuales lo vinculan a sus predecesoras. También es probablemente una de las secuelas más pobres que he visto jamás, incluso teniendo en cuenta los ya de por sí poco impresionantes estándares que la saga tiene.
Otra cosa que me sorprendió fue ver que incluso esta tercera entrega está dirigida por los hermanos Pang, directores también de las primeras dos y que nuevamente hacen uso de su ya conocida obsesión temática como es la dualidad cultural entre Hong Kong y Tailandia, esta vez centrada en un grupo de jóvenes amigos de la ciudad china que viajan al país vecino de vacaciones y se topan con un misterioso libro llamado Los diez encuentros (de ahí uno de los títulos), que supuestamente enseña con lujo de detalles diez métodos distintos para tener un encuentro sobrenatural. Cuando los jóvenes deciden poner en práctica los rituales a modo de juego, el resultado es el que podemos esperar tratándose de una película de terror.
Ya esta última frase es algo que hay que tomar con cierto escepticismo; desde sus títulos de crédito iniciales más apropiados para una comedia juvenil, lo cierto es que The Eye 3 no parece en muchos momentos una película de miedo. A pesar de que la amenaza a la que se enfrentan los chicos es real, así como los fantasmas, el tono que la película tiene es muy desconcertante en cuanto a que contiene varias escenas y secuencias que son abiertamente cómicas, aunque la película en sí no es del todo una comedia. Lo correcto sería decir que no parece tomarse a sí misma en serio, y si a eso le sumamos unos efectos especiales de baratillo y una trama un tanto errática en la que nunca queda claro el efecto que tiene el juego de los diez rituales, lo cierto es que el resultado deja mucho que desear.
Siendo sinceros, no esperaba que The Eye 3 fuese una buena película ni mucho menos, pero no me imaginaba hasta qué punto sus defectos han conseguido que las dos anteriores (sí, incluso la segunda) parezcan obras maestras en comparación. Lo curioso es que esta tercera entrega llega a mencionar directamente a sus antecesoras metiendo incluso metraje reciclado de estas, lo cual no hace sino resaltar las grandes diferencias de tono y estética que tienen con esta continuación cuyo nivel de calidad es tan bajo que si no fuera porque está hecha por los mismos directores no me creería que se trata de una secuela real.