Reseña: Lamb (2021)

Como suele suceder con este tipo de películas apadrinadas por A24 (que solo distribuye en Norteamérica pero que realiza los trailers que la mayoría del mundo ha visto), la campaña publicitaria hacía ver a la islandesa Lamb (2021) de forma muy distinta a lo que terminó siendo. Una de mis principales motivos para decir esto es porque me resulta difícil clasificarla como una historia de terror. Su director la comparó a un cuento de hadas macabro, y la verdad es que la mayor parte de ella se presenta como un drama con una premisa de corte fantástico pero que se afinca en cómo reaccionan los personajes más que en el argumento.

La premisa a la que me refiero es la de una pareja de granjeros en un solitario paraje de Islandia que descubren un día que una de sus ovejas ha tenido una cría muy distinta y particular. A estas alturas la mayoría de ustedes quizá ya conozcan de sobra en qué consiste esta peculiaridad de la que hablo, pero me lo guardo porque una de las mejores cosas que la película tiene es como dosifica sus revelaciones de género fantástico para sacar mejor provecho de ellas. Basta decir que ese descubrimiento termina cambiando por completo la vida de la pareja y la relación que tienen con la cría de oveja guarda un vínculo directo con un trauma de su pasado y lo que inevitablemente ocurre cuando se juega con las leyes de la naturaleza.

Con todo y eso no es una película tan fácil porque en cierta manera es contraria a lo que estamos acostumbrados a ver como espectadores. El primero de los tres actos (anunciados estos con intertítulos, a la manera de Lars von Trier) es muy lento y rodado casi sin diálogos (aunque no los necesita), pero lo único difícil de ella son sus extravagancias formales ya que el argumento es, por el contrario, extremadamente sencillo y va tocando sus temas de forma muy clara y explícita: la tristeza del duelo, la exploración de la maternidad y sus lados más siniestros o la incapacidad de aceptar la muerte de un ser querido. Es también una historia muy cruel y con una aura de inminente desgracia a lo largo del metraje; durante toda la película, incluso en las escenas más felices, sientes que algo terrible está a punto de pasar.

Sin embargo, en mi caso particular creo que lo que más me pegó fue la forma en que la película cuestiona la relación emocional que los humanos podemos llegar a tener con los animales y la manera arbitraria y autoindulgente en que volcamos en ellos nuestros afectos. No he escuchado a nadie hablar de eso en específico así que es probable que sea solo una invención mía pero no paraba de pensar en ello después de verla así que lo dejo por aquí. De todas maneras, insisto en que es una historia muy sencilla a nivel de argumento y no da ningún giro sorprendente ni nada por el estilo, lo cual sumado a su anticlimático final puede decepcionar un poco a algunas personas. Destaco, eso sí, ese ambiente de fatalidad que se palpa constantemente y que sospecho ha sido lo que finalmente ha causado que se le mencione como una película de horror, algo hasta cierto punto discutible. Muy recomendable de todas formas.

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