Ahora que ha vuelto a los cines la saga de Scream, me parece que es un buen momento para saldar una de las deudas del año pasado y ponerme con la que muchos mencionan como una de sus posibles herederas. Me refiero en concreto a la trilogía de Fear Street estrenada por Netflix el pasado verano, un ambicioso proyecto de tres películas «serializadas» y estrenadas con poco tiempo de diferencia y que al igual que la cinta de Craven utiliza las convenciones del slasher para crear una historia de terror juvenil muy sencilla y básica. Debo decir que no esperaba gran cosa de ella y al final me ha gustado mucho más de lo que creía, con lo que desde ya aseguro que las otras dos van a caer.
Como decía arriba, la trama (basada en una serie de libros del autor juvenil R. L. Stine) es muy sencilla pero mezcla con éxito no solo el slasher sino también el drama adolescente y un trasfondo sobrenatural concerniente a la maldición de una bruja que se apodera de una comunidad cada cierto tiempo. Es importante dejar claro que aunque muchos de sus elementos de estilo hagan pensar lo contrario la película no es una comedia; el peligro al que se enfrentan los chicos protagonistas es real y la cinta contiene escenas muy violentas, más incluso de lo que se suele esperar en una historia dirigida a este público específico, y eso creo que es algo que me predispuso en su favor prácticamente desde la primera escena.
Aparte de eso tiene un ritmo muy bueno en el que están constantemente pasando cosas e incluso los momenos de exposición me parecieron interesantes ya que apuntaban a una trama más elaborada que imagino se irá revelando en las dos entregas posteriores. Otra cosa que ayuda es que sus personajes son muy simpáticos y terminas cogiéndoles cariño, cosa que en este tipo de historias no es habitual. Es cierto que algunos giros argumentales son algo tontos y la película cae en algunas ligerezas propias de este estilo de cine en el que los hechos horribles parecieran no hacer mella en el ánimo de unos personajes que parecen dar preferencia a sus pequeños dramas personales, pero por otro lado creo que eso es algo inevitable. Lo que sí me sorprendió fue comprobar que su ambientación en los 90 no es algo que te echan constantemente a la cara más allá del repetido uso de varios temazos musicales de dicha década.
Imagino que ha sido precisamente esta ambientación noventera lo que ha causado que Fear Street: 1994 (2021) sea comparada con Scream (1996). Tal comparación me parece un tanto exagerada porque lo cierto es que no alcanza el mismo nivel y salvo la escena de apertura sus parecidos con la saga de Wes Craven son más bien superficiales. De todas formas resulta muy simpática y como proyecto es sin duda alguna algo ambiocioso e innovador que se presta muy bien al visionado en una plataforma de streaming. A pesar de esto leí en otras reseñas que la idea original era estrenarla en cines pero que la pandemia había dado al traste con ese plan. Habría estado interesante, sin duda, porque realmente se siente como la temporada de una serie condensada en menos de dos horas. En definitiva, me ha gustado un montón y pienso que tiene un gran portencial. La directora, por cierto, es la misma de la muy recomendable Honeymoon (2014), y si lo hubiese sabido probablemente la habría visto antes.