Reseña: Christmas Evil (1980)

Nuestra tradicional tríada de reseñas navideñas comienza este año con una que tenía prometiendo desde hace mucho, la fundacional Christmas Evil (1980), uno de los mayores clásicos de terror de Navidad de la historia y mencionado a menudo como la película que inauguró el subgénero del Papá Noel asesino tal como lo conocemos. A pesar de que la tengo en gran estima, tenía años sin verla de nuevo y el recuperarla para este especial me ha servido para comprobar que gran parte de sus puntos fuertes continúan intactos, pero también es necesario aclarar algunas cosas sobre ella teniendo en cuenta que la idea de San Nicolás matando gente en las fiestas es algo que se ha extendido tanto que puede dar una idea errada de lo que esta película realmente es.

Mejor dicho, es importante tener en cuenta lo que esta película no es; pese a su premisa base de un hombre que pierde la fe en la Navidad y comienza a castigar de forma mortal a aquellos que no creen en ella, Christmas Evil (también conocida con el título Better Watch Out) no es un slasher. De hecho, si tuviera que encontrar un punto de comparación este sería más bien con la también muy recomendable Maniac (1980), de William Lustig, que casualmente se estrenó el mismo año y que también utilizaba el esquema del cine de asesinos para construir un proto-slasher desde el punto de vista del monstruo y su desmoronamiento mental, más que en los crímenes en sí. En el caso de esta película es aún más evidente ya que las primeras víctimas mortales del protagonista, Harry, no llegan hasta la mitad del metraje.

Mucho más interesantes es, me parece, la idea de cómo llega hasta allí, puesto que Harry es ante todo un alma traumatizada a quien se le despoja de su inocencia cuando siendo niño descubre el momento de sexo consensuado entre su madre y Papá Noel y más adelante, ya de adulto, ve como esas mismas fiestas cuyo espíritu ha dedicado su vida a proteger son arruinadas por el consumismo depredador y la hipocresía de quienes le rodean. Esto hace que la masacre que desata adquiera los tintes de una odisea justiciera, pero también consigue momentos altamente emotivos como la escena en la que reparte juguetes en un orfanato y aquella (mi favorita) en que unos niños defienden a Papá Noel de aquellos adultos que saben quién es.

Todo esto tiene como resultado una película que combina momentos de auténtico candor navideño con escenas de gran violencia, haciendo de este un trabajo mucho más transgresor que otras obras más superficiales como Silent Night, Deadly Night (1984), con la que erróneamente se le compara. Además tiene uno de los mejores y más delirates planos finales que he visto en muchos de estos ejemplos de terror navideño. Sin duda es una gran película y siempre es buena idea rescatarla gracias a la gente de Vinegar Syndrome, que sacó hace unos años una edición en Blu Ray remasterizada y de una calidad muy sobresaliente que hace que valga la pena más que nunca.

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