
El recurso de seccionar el cartel y adornarlo con las caras de las estrellas protagonistas es tan viejo que me ha dado pereza buscar más que los dos ejemplos más recientes. Sobre todo porque ambas películas parten de un arquetipo narrativo muy similar.
Lo más curioso de todo es que estas muestras de evidente pereza creativa por parte de los responsables de carteles cinematográficos nacen de la pereza creativa de la persona que escribe estas líneas, pero ya todos aquí me conocen.